El síndrome respiratorio agudo grave (SRAG), también conocido por sus siglas en inglés SARS (de Severe acute respiratory syndrome), es una neumonía atípica que apareció por primera vez en noviembre de 2002 en la provincia de Cantón, China. Se propagó a las vecinasHong Kong y Vietnam a finales de febrero de 2003, y luego a otros países a través de viajes por medio aéreo o terrestre de personas infectadas. La enfermedad ha tenido una tasa promedio de mortalidad global cercana a un 13%.
En un estudio publicado hoy en la revista PLOS Pathogens, científicos del Centro Nacional de Biotecnología del CSIC (CNB-CSIC), en España, explican cómo han conseguido modificar el virus del SARS para desarrollar una vacuna segura y 100% eficiente contra la enfermedad.
Ya en 2014, en el laboratorio del CNB liderado por el investigador Luis Enjuanes desarrollaron un primer candidato a vacuna. Este prototipo consistía en el virus del SARS vivo al que se le había eliminado el gen E de la envuelta para que permaneciera atenuado. Los científicos demostraron que esta vacuna proporcionaba una protección total en modelos animales de ratón frente a la reinfección por el virus virulento.
“Sin embargo, posteriormente detectamos un problema de seguridad con este candidato a vacuna, dado que con la replicación del virus en células o en ratones acumulaba cambios y revertía a su estado virulento. Esto significaba que nuestra vacuna no era segura”, explica Enjuanes.
La razón de esta reversión era que, al eliminar el gen E, también se eliminaba un motivo proteico muy importante para la replicación del virus y este evolucionaba hasta recuperarlo.
Patología de pulmón de ratones infectados con SARS-CoV con y sin el motivo PBM en la proteína E.
Para evitar que esto ocurriera, en lugar de eliminar el gen E completamente, los científicos han eliminado pequeños fragmentos que no destruyen el motivo esencial para el virus. Así, han conseguido un virus atenuado que no recuperara su virulencia.
Además, con la intención de reforzar la seguridad de la vacuna, han introducido pequeñas deleciones en un segundo gen muy alejado del primero. De esta manera es muy poco probable que el virus sea capaz de recuperar su capacidad patogénica.
“Al entender los mecanismos moleculares que confieren patogenicidad al virus y evaluar la estabilidad genética in vivo hemos obtenido una vacuna muy prometedora contra el SARS que, además de ser eficiente, es segura” concluye Enjuanes.
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